Política de usos del agua en los campos de golf en España

La Federación Española de Golf informó que a finales de 2009, España contaba con un total de 410 campos de golf. La región de Andalucía lideraba con 102 campos, representando el 24,9% del total. A cierta distancia, Cataluña se ubicaba con 46 campos (11,2%), seguida por Castilla y León con 37 (9%), la Comunidad Valenciana con 33 (8%) y Madrid con 32 (7,8%). Las regiones mediterráneas en conjunto albergaban cerca de la mitad del total.
Un dato relevante fue la contribución destacada de la Región de Murcia, una provincia individual, que en 2009 representaba el 4,4% del total. Esto se debía a la apertura de 13 nuevos campos de golf en el último sexenio, como consecuencia del desarrollo de una ley del suelo, de carácter liberalizador y municipalista, generando numerosas oportunidades para el desarrollo de complejos turísticos (campos de golf asociados a urbanizaciones) localizados en los municipios del litoral y prelitoral.
El golf en España presenta una paradoja en relación al agua, ya que las regiones con escasez hídrica albergan la mayoría de los campos de golf debido al turismo y la segunda residencia, impulsados por el clima agradable y la ubicación en zonas costeras. Sin embargo, se debate sobre el consumo de agua en estos campos, con enfoques optimistas y pesimistas, variando según el entorno y la gestión del agua.
Aunque el consumo de agua por parte de los campos de golf en España es relativamente bajo en términos absolutos, la concentración de campos en áreas ya limitadas en recursos hídricos puede plantear problemas de sostenibilidad local. Las necesidades hídricas varían entre regiones, con cifras de 1,000 m³/ha en el norte y entre 10,000 y 13,500 m³/ha en el Mediterráneo y el sur.
A continuación, se discuten los enfoques clave para mejorar el uso del agua en los campos de golf en España. En primer lugar, se destaca la importancia de seleccionar especies resistentes a la sequía para el rough y outrough, además de diseñar el paisaje en consecuencia. Se enfatiza la necesidad de reducir la evapotranspiración a través de riegos eficientes en momentos adecuados, preferentemente durante la noche o temprano en la mañana para minimizar la evaporación y el viento. Se sugiere el uso de céspedes resistentes a condiciones de estrés fisiológico provocado por la falta de agua y malas condiciones de suelo y agua. También se recomienda la utilización de agentes de retención de humedad en la mezcla de enraizamiento para ayudar en este proceso.
Para la Asociación de Fabricantes de Agua y Riego Españoles, era preciso emplear nuevos métodos o técnicas, como el riego subterráneo, la fertirrigación, la xerojardinería4, la automatización integral de los sistemas de riego, la instalación de equipos aptos para aguas más agresivas o de redes de drenaje que permitan recuperar cualquier excedente de agua que se genere por la lluvia y el riego.
La Unidad Ecológica de la Asociación Europea de Golf (Committed to Green) presentó como propuestas para el ahorro de agua las siguientes recomendaciones: en primer lugar, comprobar regularmente el sistema de riego, con el objetivo de minimizar las fugas; en segundo lugar, utilizar, en la medida de lo posible, los recursos hídricos alternativos que tengan menor impacto sobre el suministro de agua local y considerar la posibilidad de obtener agua por la capacidad de almacenamiento, y, en tercer lugar, crear pantallas y rompevientos en lugares expuestos para reducir las pérdidas por evapotranspiración.
El consumo de agua de un campo de golf depende del grado de eficiencia de los sistemas de riego empleados. Fundamentalmente dos los mecanismos utilizados para conseguir una máxima eficiencia: el diseño de la red de riego y la incorporación de sistemas de monitorización de las necesidades de los cultivos.